sábado, 8 de agosto de 2015

La fiesta patronal en el Rancho de Santo Domingo, municipio de Salamanca

   Sábado de fiesta en el Rancho de Santo Domingo, al sur del municipio de Salamanca, en realidad no está tan lejos, se localiza detrás de la fábrica de mosaicos Daltile, y hoy, siendo el día de Santo Domingo, no era de dudar que allí hubiera fiesta, aunque no vi ningún anuncio en el tablero de avisos del Santuario del Señor del Hospital, no era de dudarlo, así que, para allá me fui.

   La Hacienda de Santo Domingo aparece referenciada a mitad del siglo XVIII, no así en el padrón de 1683, por lo cual podemos suponer que la antiguedad del lugar es del segundo cuarto del siglo XVIII, sin tener aun una fecha exacta que podamos afirmar. Vestigios de construcciones antiguas no los hay, todo está ya desaparecido, como quiera, quedan algunos documentos que nos dicen de las dimensiones y de algunos propietarios que hubo de ella en el siglo XIX, de ello daremos cuenta en el tan mencionado libro que estoy preparando, del cual llevo ya 6 años de investigación y todo indica que falta otro tanto a fin de completar la mucha información que requerimos sobre esa riqueza histórica del campo salmantino.

  En Santo Domingo, como en todas las fiestas patronales de los ranchos, el día se aprovecha para hacer las Primeras Comuniones, varias niñas con sus vestidos blancos vi por allí y alcancé a notar en más de tres casas que se preparaban para la comida especial de ese día de celebración.

  El templo estaba limpio y muy bien decorado, la temática de las flores era, como estamos en mitad del verano los colores propios del momento: amarillo, blanco y naranja; abundantes eran los arreglos florales y algo en verdad espectacular, sobresaliente, vi en esta fiesta patronal: la mejor banda que he escuchado en los últimos años, la Joronches, de Huanímaro, Guanajuato.

   Desde que me aproximaba al templo escuchaba los acordes propios de las fiestas rancheras, pero algo sonaba, sonaba mucho mejor que habitualmente, eran las melodías y armonías perfectamente ejecutadas con los metales, eran matices de trompetas que bien podemos decir que lo que escuchábamos era no una Banda sino una Brass Band, magnífica.

  Tocaron de todo, la alegre música de corte moderno, algunas clásicas, como I just call to say I love you de Steve Wonder, sí señores, con banda de rancho una magnífica ejecución a la tan conocida pieza, luego vino aquella del Muchacho alegre, estupenda. Siguió la de Quiero dormir cansado, increíble, la que fuera representativa de Emmanuel a ritmo de Brass Band, y en pleno lucimiento interpretaron una de Queen, We are the champions, allí fue en donde no puede resistir y aplaudí, en verdad que fue un concierto como pocos he escuchado.

   Los puestos con las cosas habituales de las fiestas patronales se estaban colocando (era el mediodía de hoy), el monumental escenario se estaba colocando para el baile que será esta noche, el castillo lo estaban armando y el cuetero se estaba preparando para comenzar la solemnidad. Este era un día de fiesta en el Rancho de Santo Domingo, municipio de Salamanca, Guanajuato.











  Para las 34 personas que me leen puntualmente cada vez que publico, les comento que no pude documentar la fiesta de San Joaquín en el rancho del mismo nombre, ni la de Santa Marta en su capilla de la Parroquia Antigua, ni la de la Virgen del Socorro del Puente debido a que estuve mal de mis rodillas y guardé reposo, pero más fiestas están en el calendario litúrgico y allí, seguramente andaré.


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