sábado, 15 de septiembre de 2012

La coronación de la Virgen de la Soledad en Irapuato

Fue el 29 de abril de 1922 cuando ocurrió la coronación de la Virgen de la Soledad en Irapuato, tiempos nada buenos para el Catolicismo pues la persecución religiosa estaba en pleno. Aun así, desafiando las circunstancias, el acto se dio. La nota que a continuación transcribo fue publicada en el diario El Universal el 30 de abril de 1922.

Ayer se coronó, ante10,000 creyentes, a la patrona de Irapuato, la Virgen de la Soledad.-

Irapuato, Gto. 30 de abril de 1922.

Con motivo de la coronación de la Virgen y desde horas muy tempranas, comenzaron las salvas de la cohetería y el movimiento de todas las clases sociales, que se apresuraban a tomar lugar en las proximidades de la plataforma en que se verificaría la solemne ceremonia. A los vecinos de la población uniéronse infinidad de particulares y agrupaciones obreras católicas y asociaciones de católicos de Guanajuato, Celaya, León y otras ciudades más, así como campesinos que llegaron de todos los puntos del estado.

A las ocho de la mañana comenzaron a llegar los ilustrísimos prelados para dar comienzo al ceremonial, en el orden siguiente: entrada de las dignidades eclesiásticas y alto clero, canto de tercia, bendición de la corona, que es de oro y piedras; procesión en el interior del templo que estaba bellamente adornado; misa pontifical oficiada por monseñor Valverde y Téllez, diocesano de León, con asistencia de los ilustrísimos prelados Igancio Valdespino, obispo de Aguascalientes; Leopoldo Ruíz y Flores, arzobispo de Michoacán, y Miguel de la Mora, obispo de San Luis Potosí.

La Virgen de la Soledad lucía hermosa capa de terciopelo negro artísticamente repujada con bordados de oro y vestida de riquísima piel de seda, con los mismos bordados.

Un incidente que pudo ser muy grave.

Ha ocurrido un incidente que pudo haber sido de graves consecuencias. El oficial mayor del gobierno de Guanajuato, E. M. Romero, telegrafió al Presidente Municipal de ésta, diciéndole que debería impedir la coronación de la Virgen en el atrio del templo parroquial por estar prohibida esa clase de actos por la Constitución de la República. El presidente, Lorenzo Sanlogo, notificó lo anterior al presbítero Marín Laures, cuyo párroco, sin que tal comunicación haya tenido ningún efecto.

Fuente:

Hemeroteca El Universal. Tomo I. Editorial Cumbre. México, 1987.

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