miércoles, 1 de septiembre de 2010

Retablo de Santo Tomás de Villanueva en San Agustín de Salamanca

Si observamos con atención, encontramos que este retablo es bastante elaborado y de exquisita manufactura que claramente se divide en dos partes, en dos cuerpos. Además era el central del lado oriente, si consideramos que al sur se ubica el retablo de Santa Ana y al norte el de Santa Rita. Recordemos que antes había una puerta que comunicaba al templo con el convento, misma que fue tapada por un retablo más, de más reciente manufactura y que no nos deja pensar en la centralidad de ese retablo que originalmente estuvo dedicado a San Agustín, fundador de la orden, por lo tanto, ubicado en un lugar privilegiado.


La imagen de vestir de San Agustín desapareció, no se sabe cuando. Pudo haber sido durante el tiempo que el recinto estuvo ocupado por los carrancistas en 1913, antes por los villistas y solían usar las bancas y otros objetos como leña, quizá la escultura desapareció en ese entonces, pero de haber sido así aparecería en el último inventario que se hizo en 1852 cuando las Leyes de Reforma, por lo tanto, pudo haber sido en el período de la Independencia, considerando que Salamanca era parte obligada del cruce de los insurgentes que peleaban en el Bajío, de los que venían de toda la zona sur, desde Valladolid hacia Guanajuato y San Luis Potosí o de los que venían de Querétaro hacia Lagos.


Fue entonces que se colocó la imagen de Santo Tomás de Villanueva (1486-1555), santo que fuera canonizado en 1658 precisamente cuando estaba en pleno la construcción de este conjunto agustino. Tomás de Villanueva era el Padre Prior cuando la orden se estableció en la Nueva España y fue precisamente él quien autorizó la fundación de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de Michoacán, fue también Villanueva quien entregó los tres Cristos al encomendero Juan de Villaseñor y Orozco para que los depositara en los templos de su región: Huango, Puruándiro y Huaniqueo.


A Santo Tomás de Villanueva lo reconocemos por su atributo que es una bolsa que lleva en la mano, esto debido a que durante su vida socorrió a los pobres, prefiriendo repartir toda riqueza a su alcance, antes de disfrutar de comodidades. Debajo de la vitrina del santo aparece un cuadro con la Virgen del Perpetuo Socorro, uno de los llamados “cromos” es decir, algo moderno. En ese lugar existió originalmente una imagen de la Virgen del Socorro la cual también desapareció, ella si estaba incluida en ese inventario de 1852.


La parte alta del retablo se conoce como La Celosía y es uno de los extraños casos que hay en México en donde en un convento de varones se incluye una platea que comunicaba con el convento y desde allí los frailes podían asistir a la misa manteniendo ese anonimato y inclaustración en la que vivían. Una magnífica trama de delicadas líneas que nos dan la sensación de una muy bien cuidada veranda que aparta a quienes están dentro pero, a su vez, dejan ver todo lo que sucede en su derredor.


Para entender el mensaje que encierran los retablos, en este caso específico, estamos viendo un despliegue de los principales santos que estaban en proceso de canonización o recientemente lo habían sido. Vimos ya a santo Tomás de Villanueva, al centro, y lo volvemos a encontrar en la parte alta a la derecha en una escultura de cuerpo completo, mientras que a la izquierda aparece San Juan de Sahagún (1419-1479), el santo íntimamente relacionado a Salamanca la de España.


Debajo de estas esculturas aparecen otras, pero de medio cuerpo, a la izquierda san Alonso de Orozco (1500-1591), estudiante de Salamanca y predicador real en la corte de Carlos V. A la derecha vemos a san Nicolás de Tolentino (1245-1305), a quién está dedicada precisamente la Provincia Agustiniana en donde se encontraba el Templo de San Agustín de Salamanca cuando su construcción.


Al levantar la vista nos encontramos al centro, antes de llegar a la ventana una escultura del Padre Eterno con un resplandor muy bien logrado con la luz natural del mediodía el cual ilumina ese triángulo que nos remite a idea fundamental del Cristianismo de la Santísima Trinidad.


Flanqueando la parte baja encontramos la representación femenina, se dice que a la izquierda vemos a santa Clara de Montefalco (1268-1308) monja Agustina que por sus cualidades subió a los altares. En el lado derecho vemos a una que pudiera ser Perpetua y Felicidad, las santas originarias de Cartago, que si bien son anteriores a San Agustín, es por esa razón, su origen, que están asociadas con la Orden Agustina, se le reconoce por el atributo de la palma que lleva en su mano derecha..


El día que decidas venir a Salamanca para maravillarte con el templo que nosotros llamamos de San Agustín, pero que oficialmente se denomina como Templo de San Juan de Sahagún, procura conocer la vida de todos los santos que hemos ido enumerando a fin de que sea más comprensible lo que con tus ojos verás. Recuerda de programar al menos un par de horas para lograr admirar cabalmente la riqueza que este recinto encierra.




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