martes, 22 de diciembre de 2009

El Señor del Hospital, celebración incluida en Censo Indígena del Archivo Casasola

Infinidad de ocasiones hemos oído, leído o visto la referencia a una fotografía tomada a finales del siglo XIX o principios del XX en que se menciona su procedencia del Archivo Casasola, el archivo fotográfico de mayor reconocimiento en México por su invaluable valor, ya que desde su fundación se fue guardando al paso de los años las referencias gráficas de la vida cotidiana en nuestro país. Especial valor cobró al documentar mucho de lo sucedido en la época revolucionaria y, en nuestros días, asociamos al Archivo Casasola con la Revolución, cosa que debemos aclarar pues ellos, los Casasola retrataron todo lo que sucedía en México, antes, durante y después del movimiento armado.


Su fundador, don Agustín Víctor Casasola, en el Correo del Maestro de noviembre de 1996, Mercedes Martínez Barragán anota que “nacido en la ciudad de México en 1874, se inicia -durante la tercera década de su vida- como fotógrafo de prensa en el diario El imparcial, después de haber sido reportero en los periódicos El globo, El popular, El Universal y El tiempo. De ahí en adelante, trabajaría, junto con su hermano Miguel, en una constante agitación debido a los acontecimientos políticos, militares y sociales que desató la Revolución de 1910.


En 1938, año de la muerte de don Agustín, es su hijo, Gustavo Casasola quien continua la labor iniciada por su padre, de él Mercedes Martínez comenta: “Gustavo Casasola Zapata (1900-1982), primogénito de la dinastía Casasola, comienza su labor como fotógrafo a la edad de 13 años. Al lado de su padre, Gustavo fue guiado e ilustrado para que conociera los asuntos, los personajes, los motivos de las gráficas, etc. Desde ese momento y durante sesenta y nueve años, Casasola hijo recorre las calles de la ciudad y los caminos de México para rescatar escenas, historias, referencias. No hay suceso ni hecho trascendente en la vida de la República del que no haya recogido testimonio fiel. Entre las notas más importantes que cubrió Gustavo Casasola está haber fotografiado a Francisco Villa en la Hacienda de Canutillo y la fundación del Banco de México. Fue socio fundador de la Sociedad de Fotógrafos de Prensa. A los 20 años ingresa al periódico El Heraldo, de ahí pasó a El demócrata y en 1927 a El Universal”.


Contando con un acervo casi infinito de documentos del acontecer nacional es Gustavo Casasola quién publica, entre otras obras, un libro en el cual consigna en el catálogo nacional de festividades, la realizada los Martes Santos en torno a la figura del Cristo Negro del Señor del Hospital, y es así que encontramos en el libro Seis Siglos de Historia Gráfica de México 1325-1900, Ediciones Gustavo Casasola, México 1962, que de la larga lista de festividades se incluye la realizada en Salamanca como una de las más importantes. En ese artículo da cuenta de cada una de las festividades, la de San Marcos en Aguascalientes, el Señor de Chalma, la Virgen de San Juan de los Lagos, la Virgen de Zapopan, tan solo por mencionar algunas. La forma en que lo hace es así:


El censo indígena, las ferias en la República.

La República Mexicana de una superficie de 1,987,201 kilómetros cuadrados, y según el censo efectuado en 1895, tenía una población de 12’491,573 habitantes, de los cuales había 1’908,707 de aborígenes descendientes de antiguas tribus que no hablan español.


En los estados de Sonora, Chihuahua, Sinaloa, Durango y Zacatecas, se encuentran las razas de los indios yaquis, tarahumaras, pápagos, pimas, opatas, tepehuanes, coras y huicholes; en Tamaulipas hay huastecos y otomíes; en Puebla cholutecos y cohuixcos; en Tlaxcala los huexotzingas; en Veracruz tuxtecos, huastecos y cuatzocualcos; en Oaxaca zapotecos, zoques, mijes, chontales y amuscos; en Baja California, seris; en Yucatán y Campeche mayas y totonacos; en Chiapas soconuscos y tarascos en Michoacán; en San Luis Potosí otomíes y huastecos; en Hidalgo guaicuras, en Morelos tlahuicas…


Son muchas las lenguas polisilábicas, polisintéticas y dialectos que aún conservan y la hablan con pureza primitiva, heredando también, sus costumbres, su industria y sus típicas danzas.


En las ferias y fiestas populares efectuadas en la República, asisten una gran cantidad de los mencionados indígenas, así como numerosos visitantes y peregrinos; las más sobresalientes son:


Guanajuato, en la capital las tradicionales fiestas de la “Presa de la Olla”; en León a San Sebastián y la fundación de la ciudad; en Salamanca al “Señor del Hospital” y en Celaya la navidad con grandes fiestas religiosas, desfile de carros alegóricos, danzas indígenas y muchas diversiones”.


Considero que lo consignado por los señores Casasola es una referencia muy importante por varios motivos, uno que se refiere a lo sucedido en México a finales del siglo XIX, ya que hace mención al año de 1895 como censo de población. A que destaca la celebración del Señor del Hospital dentro de las más importantes en el Estado de Guanajuato y del país en general, y, sobre todo, que hace mención de su marcado carácter indígena. Todo esto es indispensable recuperar para seguir dándole la importancia que El Señor del Hospital en Salamanca tiene.


No está de más anotar los confusos datos que menciona en cuanto a la distribución de los grupos indígenas en nuestro país, el que anote tarascos en Yucatán y guaicuras en Hidalgo nos dice lo poco fidedigno de estas referencias.


Para leer un poco más acerca de la importancia que tiene el libro Seis Siglos de Historia Gráfica de México, entra en este sitio:


https://www.placismo.com/tienda/product_info.php?cPath=44&products_id=608&osCsid=bb08eec048851ddfc3eb1045e6c42afd

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